martes, 29 de enero de 2008

Una carta de amor entre seres imaginarios

Beatriz:

Es increíble que hayamos llegado a esto. Llevo dos horas sentado pensando como sacar esto que traigo y ponerlo en la pantalla, previa ruta a mis manos y con una parada en teclado. Aun no puedo creer que no hablemos por teléfono o que no quieras encontrarte conmigo, pero también lo entiendo. Entiendo que nuestra separación no haya sido en las mejores circunstancias, entiendo que ya seguiste con tu vida y que mi lugar esta en algún punto de tu pasado. Pero debes entenderme porque todo esto que siento lo llevo como un tatuaje perpetuo, se que va a pasar pero eso no hace mas fácil el momento.¿Recuerdas como nos juzgaron todos en un comienzo y creyeron que estábamos en un error?
Yo recuerdo todo eso y mas, recuerdo tu cabello, tu cara de las mañanas, tu aroma de flores perpetuas y tu cuerpo de escultura griega. Recuerdo cuando nos besamos por primera vez en tu auto y como terminamos haciendo el amor esa misma noche en la playa, recuerdo como acudiste a mi cuando enfrente a todos para que no nos separaran.
¿Recuerdas cuando Pedro te enfrento y te pidió con su desatino de hombre bruto y bueno que le explicaras como funcionaba esta relación? Recuerdo que le dijiste; “Yo me enamoro, pololeo, sufro y pincho exactamente igual que tu, pero a mi me juzgan”. Nunca te ame tanto como ese día, y es que entonces, y aun ahora, me enorgulleces por todo lo que eres.
Incluso aunque se que te casas en unos días, sigo amándote y diciéndote que estoy acá. Y es que todas estas palabras y cartas es para que no me olvides, mi amor.


Aun y por siempre tuya Natalia.



(Este es un favor que hago a una amiga imaginaria que le escribe a una mujer que no existe.... y un recordatorio de lo bueno que soy guardando secretos)