domingo, 20 de octubre de 2013

Fantasias Cotidianas

De pronto levanto mi vista del notebook y la veo en la cocina. Algo me había dicho que iba a hacer galletitas o algo por el estilo. Debería escucharla más.
Ya está el horno encendido y veo que el calor hace efecto, veo como su piel empieza a brillar mientras sus manos firmes moldean la masa y su respiración se entrecorta con el esfuerzo.
Miro su boca semi abierta e inconsciente de su sensualidad.
Su look de buzo despreocupado la hace más sexy ante mis ojos y sonrió imaginando su reacción si me acercara por su espalda. La tomaría de su cintura apretándola contra mi… el andar con buzo le hará entender rápidamente mis intenciones y el estado de mi libido.
No es mucho el espacio para maniobrar, pero soy un artista, podre hacerlo. La cocina es americana y en estos departamentos minúsculos, donde en sus baños te puedes lavar los dientes, ducharte y cagar al mismo tiempo. No, no te desconcentres, sigue pensando en esa figura perfecta, que desconoce mis oscuros pensamientos y que es la protagonista de varias fantasías en mi mente.
Sí, la apretare con fuerza contra mí y sabrá de inmediato lo que pretendo. Miro su escote nuevamente, pienso en las veces que lo he besado y mis ganas de morir entre sus pechos.
Es más bajita que yo, lo que hará fácil el moverse en el espacio pequeño.
Su pelo negro pecaminoso siempre ha sido de lo que más me gusta de ella, y el verlo tomado mientras está concentrada cocinando, me hacen sentir deseos de liberarlo.
Ok, la apretare con una de mis manos y la otra la usare para afirmarme… debo tener cuidado, seguro que me la quemo con la cocina. No va a resultar, la debo apretar contra mí y y alejarla del horno. Eso. Y así evitare quemarnos o algo por el estilo.
Me apoyare contra el refri y… no, esa huea se va a terminar moviendo y siempre huevean por el liquido que debe permanecer en una posición y cosas así. …
A nadie le importa que casi me hiciera cagar a espalda cuando lo subimos a este departamento. Mejor contra el refri no, no, mejor (si es que responde positivamente a mi abrazo), hare que se de vuelta y me abrace. La besare con pasión mientras sus manos recorrerán mi pelo y espalda, sin que me importe quedar lleno de harina. No, no me va a importar un carajo. Ya que la estaré besando con fuerza mientras mis manos se perderán debajo de su ropa.
Igual ha estado helado y anda como abrigá.
Bueno, tratare de tocar lo que pueda y solo le quitare los pantalones. Buena idea. Hare lo mío, nos saltaremos el sexo oral mejor, mas que mal esta cocinando…. Jajaja capaz que después encuentre pelos dentro de las mentadas galletas... que asco! Yo creo que…
-          ¿En que estai pensando que me miras tanto?

-          En que se me pasaron las ganas de comer galletas. 

domingo, 21 de julio de 2013

GUIA PA UN GUEN POLVO

Tras la melancólica última columna, pretendo retomar mi espacio en el diario con mi cruzada de saturar su mente de consejos inútiles y coprolalia desbocada. Por lo que el tema de esta semana, sus mujeres me lo agradecerán, es  (inserte fanfarria y letras súper cinerama) GUÍA PA UN “GÜEN POLVO”, es decir, sin pecar de agrandado, reuniré el conocimiento que he recogido (re – coger, coger, sexo, ¿cacharon?) a lo largo de mi intensa vida, escuchar conversaciones de amigas y estadísticas logradas por las encuestas relámpago de mi macetero.
Antes de empezar, y como buen farsante carente de talento, busque en google algunas columnas de opinión de expertos y profesionales del tema, las que simule leer atentamente, en un intento de nutrición intelectual para poder llevárselos en mi estilo particular.
1.- El Comienzo; ya sea porque le están haciendo cambio de luces en una fiesta, o su señora dice que esta como acalorá y que rico que estén solos (sino cachai el mensaje Juan, hazte ver) o su novia lucha por quitarle sin motivos los pantalones (que puede ser una señal de querer sexo como de obligarlo a que se los cambie, el chancho de mierda) usted no puede negar que el comienzo será una señal importantísima de cómo se llevara el evento. Recuerde que tiene un motor de auto deportivo entre sus piernas, y salvo que necesite viagra (o como sea que se llame esa pastillita azul de sabor amargo de la que me contaron) para activar los niveles inferiores, estará listo mucho antes que la dama en cuestión esté dispuesta a que le agarre siquiera una pechuga. Por lo que trate de tener calma, respire, acuérdese de la cara de su suegra o la de esa cita a ciegas que quiere olvidar y baje las revoluciones, la pega recién empieza.
2.- Forplai osea el juego previo (me gusta impresionarlos con las palabras que aprendí en la escuela de inglés Lucho Jara) acá ya la dama le dio el sí, ya le hizo esa sonrisa cómplice de aceptación o quizá le metió la mano al pantalón la muy camboyana (que nótese que lo digo con admiración) por lo que acá usted recién empieza a jugársela. Sea suave, nadie lo apura (salvo que no viva sola y este por llegar el marido o el papá) y tómese su tiempo en reconocer como si fuera la primera vez el cuerpo de su contrincante.
Sea intruso, use su boca, lengua y delicadamente sus dedos. Ya lo decía aquel sabio de montaña “mientras tenga lengua y manos, no creo en la impotencia” por lo que juéguesela, este es un polvo aparte, este es usted quedando de macho haciéndola gritar viva Chile al menos una vez. Controle al juguetón, que no se le arranque, que no entra a la cancha hasta un buen rato mas…
3.- El consolidado Cuando ya tiene a la dama en cuestión (jamás, en estas situaciones, cuestionada) con cara de gerente con bono de producción, ahí empieza la parte que le toca al nene, ya fue generoso, es su turno. Sea disimulado, a nadie le gusta que la obliguen en el proscenio de cuatro perillas, hágase el hueon y póngase de espalda esperando la iniciativa de la fémina, ella también sabe que sus tiempos son menores a los de ella, por lo que sí lo hizo bien en el punto número 2, ella también será muy generosa.
Pero como le decía anteriormente, no porque hizo la mirada del cocodrilo es automático que le hablaran por micrófono, no, debe ganárselo. Por lo que queda descartado empujar la cabeza de ella hacia abajo, miradas de ojos grandes donde la mira indicándole para donde ir o tratar de llevar sus partes íntimas hacia ella. Insisto, si la cabra es pilla, sabe solita donde se juega esta parte del partido. Ahora si usted, al igual que yo, no sabe qué hacer con sus manos, puede tocarla o buscarle piojos, póngalas tras su cabeza, cierre los ojos y disfrute. PERO NO DEMASIADO, no vaya a ser que se dispare la escopeta y haya que jugar el segundo tiempo en diferido.
4.- La cabalgata deportiva Gillette Los contrincantes están listos, ya todo está dicho (bueno, esta todo hecho) y que empiece la parte final del encuentro. Acá no es tan relajado el tema, la lucha será intensa pero trate de que las posiciones vayan variando, ya sea por tonificación muscular, o como para ir haciendo entretenida la batalla. Recurra a la biblioteca de películas porno que tiene grabadas en su cerebro y utilice ese material para condimentar la contienda, ya va ganando uno a cero (no sé por qué diablos me dio con las metáforas deportivas) por lo que si bien la idea es que no sea algo efímero, su merced dele como si no hubiese una mañana y trate de dejarlo todo en la cancha. Al final es ella, ya sea por tiritones, gritos o golpes (puede que le toque una sado) le indicara que esta lista y ya va ganando dos cero. Ahí olvídese, termine con el stress y libere su amor contenido, ya ganó y si siguió esta práctica guía, su nombre será enaltecido en conversaciones del género femenino, y será famoso como yo, en al menos 4 comunas.

5.- Cierre de la operación. El partido ya término, el pitazo no lo escucho entre los gritos, pero ya fue. Todo ha terminado y solo quedan los contrincantes sudorosos abrazados y agradecidos por un buen match. Un consejo importante es que no se salga y ya, si se quiere arrancar o debe hacer otra cosa, tómese su tiempo. A las niñas les gusta, no a todas, quedarse un ratito abrazados. Así que aunque le de lata, quédese un momento, no prenda la tele aún ni trate de levantarse a buscar algo de comer. Hágase el hueon y espere que ella vaya al baño o algo por el estilo. Así el final será perfecto y en su mente se desarrollará la premiación al mejor amante de la historia. Y por efecto colateral, le aseguro, que no odiará estar aquí.

Amalia

Yo no conocí a Amalia Herrera Ugarte. Quizá usted tampoco. Al menos yo, jamás la escuche reírse, nunca supe de sus esperanzas y sueños, no la vi respirar a bocanadas la vida y tampoco conocí el sonido de su risa o su voz. Éramos perfectos desconocidos.
Hoy en unos de mis periplos en bicicleta, pase por la esquina de Echeñique con Eliecer Parada y la conocí. No a ella precisamente, vi una hermosa bicicleta pintada de blanco, con algunas velas, una cinta dorada, bellas flores de adorno.
La vi de pronto y debo confesar que me sorprendió. Incluso procese su imagen tras unos metros y me tuve que volver a ver de qué se trataba esta bicicleta misteriosa.
Era un homenaje a Amalia Herrera Ugarte, una niña (a los 23 años aun somos niños aunque nuestros cuerpos digan otra cosa) que falleció víctima del descuido de un conductor y al parecer el no uso de su casco. Iba a juntarse con una amiga en el campus oriente cuando paso el accidente. Bueno, yo no sabía nada de esto cuando vi su bicicleta/ animita en la mencionada esquina. Pero la emoción del curioso homenaje, la vibra y su belleza simple me emocionó.
Llegue a google donde al escribir su nombre vi homenajes de sus pares los ciclistas, una bella elegía a un año de su muerte por el siempre certero Francisco Mouat, detalles de su partida, algunos de sus trabajos como antropóloga y curiosamente uno que hizo ella sobre las animitas y debo confesar que su historia me caló hondo. No me quiero imaginar que sintieron sus padres o el vacio que sufren aun hoy por esa llamada donde les avisaron el horror más grande que puedes sentir cuando eres padre. No quiero caer en elegías pobres, porque no me corresponde insisto, no la conocí para hablar de ella, ni tampoco en reflexionar en la estupidez y como un descuido ya sea por apuro o porque creíste que manejabas mejor con trago puede truncar o cambiar con efecto expansivo las vidas de muchas personas.
Pensé en Tomás, el sobrino de uno de los buenos columnistas de acá @Eldesoto, en Macarena Cassasus víctima del manejo y el alcohol, Luis Quintanilla un amigo que falleció en circunstancias confusas, etc. Como me decía mi papá cuando le dije hace años que quería tener moto, “olvídalo, me dijo, el cementerio está lleno de gente que no tenía la culpa”.
A esta altura se preguntara porque estas reflexiones, y es simple, me paseaba aproblemado pensando en platas, cuentas, el llevar una pyme, el agotamiento de un sinnúmero de circunstancias y otros grandes éxitos que se acumulan en temporadas y nos suben la cuota de stress.
Aún no sé porque llegue a esa esquina. No sé si hablarle de misticismos del porque llegue ahí, pero sí le puedo hablar que después de eso, no pude evitar pensar en la salud de mis niños, en otros que sufren y al hacer una comparación con el universo, y mis problemas se empequeñecieron notablemente. Me sentí penca, preocupado por leseras de las que no debía darles tantas vueltas sino darles solución. Y mientras me avergonzaba por creer que las llagas de mi alma era tan inconmensurables y en la gran perspectiva no alcanzaban ni para parches curita, le agradecí a los hados el que me llevasen por ahí y me diesen una lección de humildad.

Hoy, gracias a Amalia Herrera y el notable amor que la rodeó, no odie estar aquí.

Reglas para no ser su amigo

                A veces pienso, las pocas veces que lo hago, que no debe existir una frase, y si la hay, esta es de las peores, que más castre a un tipo en el universo de las relaciones sentimentales, que el maldito “Te quiero como amigo”. Frase dicha repetidamente a lo largo del planeta y cuna de grandes historias de desamor, poemas, canciones y alguno que otro columnista que escribirá algo de picado. Revisemos la situación; Te has preparado por semanas y ese día, ya sea por preparación, personalidad o un extra de valor líquido (dícese de alcohol) logras un momento a solas con la chica con la que has hablado por semanas, soltado halagos, miradas cómplices, horas por redes sociales y la has escuchado día a día de que su ex era una mierda y que no quiere nada. De pronto, casi sin pensarlo, te lanzas cual Prat (y con el mismo destino) al abordaje para lanzarle las palabras que crees que ella ha esperado por semanas; “Te quiero”. Ella sonreirá nerviosamente, muchas veces ya saben que esto se viene, te tomará la mano o quizá no, pero siempre con ternura, abrirá esos ojos que has esperado con ansias mirar de mas de cerca y te dira que no te ve así, que si bien eres muy importante para ella… que te quiere como amigo. Y  en ese momento estarás jodido. Lo que te está explicando, es que tendrás todas las características de una relación con ella pero ninguno de sus beneficios. Antes que te saque de la zona de amigos o Friendzone, Bachelet va a dar respuestas sinceras, Piñera dejara de decir tonteras, Carlos Larraín va a ser un hippie liberal, la UDI organizara orgías (aunque quizá esto si pase) y Andrade va a trabajar de verdad, osea cagaste del verbo cagar.
Así fue como nuevamente en otras de las encuestas relámpago realizada por mi macetero, indague en con diversos miembros del género (de orientación heterosexual, no alcance a entrevistar a los que gustan del mismo género) sus opiniones sobre el tema y la desolación con esto era brutal.
Por eso mis estimados y rudos mozalbetes, en mi campaña de dejarles conocimientos de los que no lograran nada y probablemente les causen algún lio….
(inserte fanfarria)
Las reglas para no caer en la Friend zone!!!!
1.- No eres cura. Una de las características de las mujeres es hablar incesantemente de sus procesos emocionales y mentales, si cometes el error de convertirte en paño de lágrimas, serás esa llamada que pueden hacer en cualquier momento sabiendo que tu oreja estará presta, pensara en ti cuando tenga dramas, y nunca jamás, cuando esté caliente. Lo que no implica que ya siendo pareja la escuches, además del pololo o lo que sea, debes ser su mejor amigo. Pero si solo eres el amigo…  REGLA IMPORTANTE.
2.- Actitud Clint Eastwood, si la dama en cuestión (no confundir con dama cuestionada) realmente te gusta, no seas su osito de peluche, ellas buscan un hombre. Las estadísticas son claras, uno de cada diez hombres es tierno, está conectado con lado femenino, es fiel y por lo general persigue a los otros nueve varones. Déjese de idioteces de cariñitos inocentes y caminar de la mano si es que no ha habido siquiera besos, al único que no se le para cuando las abrazan es a sus parientes y amigos gay, ve tu cual eres.
3.- Principio general de las zapatillas Power,  este principio también sirve en muchas relaciones, y este es “se portan bien cuando las tratan mal”, si siempre le llevai las de abajo, cumples todos sus caprichos y la consientes en todo, lo único que vas a conseguir es que cuando quieras algo tu, vas a tener que reintroducir esas ganas de algo por tu ano.
4.- No eres Freud (y él tampoco se la pudo) No trates de hacer psicólogo, de ayudarla o tener complejo de superhéroe, ya tienes suficientes problemas, usted contenga, escuche (con cuidado de no caer en la regla numero 1, pero escuchar un desahogo de vez en cuando no te matara) pero jamás salga en su defensa sino es absolutamente necesario o ayude desinteresadamente si no quiere ser su amigo. Es una positivísima actitud de un excelente amigo que jamás tendrá sexo con ella ni estando borracha. No trate de entenderla, solo disfrute sus momentos con ella y a la mierda el resto.
                Recuerde que hay dos tipos de mujeres para una relación (espero que no haya pensado en esa cavernaria división si es pa pololear o no) sino que solo existen 2 tipos de mujeres con las que estas; “mi guagua” y “mi reina”. No es necesario definirlas, sus nombres lo dicen todo, las que pertenecen a las “mi guagua” son adorables, apretujables y tiernas. Te van a comer con papel y serás su mascota antes que te des cuenta. Y aquellas que son “mi reina” cuando acaben contigo colgaran tus testículos junto a los otros trofeos de idiotas que trataron de estar con ellas mientras insisten en rodearse de amantes neandertales (que no es malo me aclaran varias damas) y no averiguaran que eres bueno en el sexo (o al menos le pones empeño) y que tienes el plus de ser su mejor amigo. Estas jodido. Como siempre en esta columna sin formulas perfectas y que confunden aun mas que el significado de “dar un toque” en facebook (jamás he entendido esa huevada) se que no me hará caso. Seguirá tratando de ser el amigo perfecto, el que siempre está ahí y tratara de mostrarle con un disimulo que ella no notara, y que si lo hace se hará la loca, que usted es el hombre que nació para ella. Pero sabe? Ya está en la Friendzone y por eso, usted odiara estar aquí.



De Magdalenas y la Utopía

En una declaración simplista y pobre de mi adultez, cosa que aun el día de hoy dudo que haya llegado, cuando tenía 20 años me decidí ir a vivir solo. Mi primer departamento quedaba en Alameda con Mac-iver, un edificio antiguo donde conseguí un departamento con un ambiente con  un tamaño equivalente a los dos dormitorios de los actuales, de baños preciosos y amplios, no como los de ahora, donde podí ducharte, cagar y cepillarte los dientes al mismo tiempo. Pero no nos apartemos, hoy no hablare de mi primer sucucho donde me inicie seriamente en los misterios del amor, touch and go y varias borracheras de carácter bíblico. No, hoy recuerdo a la gente del mismo piso, en el que debían haber sido unos 10 departamentos por piso, los que estaban todos “ocupados” pero en estricto rigor solo vivía yo y unas adorables señoras que en más de una ocasión me regalaron una tacita de azúcar y algunos almuerzos para el pobre niño que vivía al frente y que cada día estaba más flaco me decían.
Todos los demás departamentos eran lupanares, casa de lenocinio y una que otra casa de putas. Empecé a sospechar de esto cuando me di cuenta de la gran cantidad de mujeres que transitaban en mi piso a toda hora, muchas tenían llave de un solo departamento y la no menor cantidad de señores que cada vez que me los encontraba en el pasillo, miraban el cielo o el suelo tomando actitudes que con los años copiaría para perfeccionar el arte de hacerme el huevón.
A la tercera vez que coincidí con una guapa muchacha en el ascensor (de la que ya sabía que se bajaba en mi piso) le hice algún comentario obvio del clima o algo por el estilo. Cuando vi que capte su atención, tire una talla fácil, robándole una sonrisa que era mi premio y certeza de que había roto el hielo.
Pero espere pacientemente un par de semanas, donde cada vez que la veía la saludaba, hasta que en alguna oportunidad pase a saludarla de beso en la mejilla, todo mi plan iba de maravillas (aunque confieso que a esa altura juraba de guata que eran agencias de promociones, y ella seria mi puerta de entrada a conocer montones de promotoras guapas, bien huevon, lo se) por lo que en uno de esos paseos, me la encontré con una amiga o compañera de trabajo y como venia de la botillería con la dosis de ese día, las invite a compartirla y conversarla en mi departamento.
Antes que su imaginación explote, yo aun pensaba que eran promotoras, y hasta ese momento mi flaca y desgarbada contextura no atraían a nadie y de mis pocos éxitos, el merito lo tenía mi manejo desde muy temprano de las palabras (puro y sin diluir cuenteo) y más de algún polvo gracias a un bendito destilado.
En fin, el alcohol empezó a correr por las copas, las risas se hicieron fáciles y en algún momento les pregunte si vivían ahí. – Claro, me dijo mi amiga, vivo con 8 amigas más.
Yo ya estaba con varias neuronas suspendidas por los grados alcohólicos y me fui en preguntarle por las dimensiones de ese gigantesco departamento, el que imaginaba enorme. Ellas reían a carcajadas y al rato (dentro de mi pocas reglas de vida está jamás comer prietas y no ser mucho rato huevon) me di cuenta que me palanqueaban. Somos damas de compañía me dijo finalmente.
Ah? – respondí perplejo (ok, ese día no mantuve mi regla de no ser huevon mucho rato) Que somos putas!! Me grito la otra acompañándolo con una carcajada enorme que me sonó mas a triste que a triunfal cuando advirtió que no había entendido la primera declaración.
“Acompaño  tipos por plata – Me explico pedagógica – cachaste ahora?”
MI mandibula parecía desencajada del asombro, pero al fin saliendo de mi huevonés, incluso disipándose los vapores del alcohol, y rebalsando de morbo, les dispare un millón de preguntas. Y les diré que eran gente re normal, no habían historias pornográficas para mayores de 35 (o al menos que las que habían eran bastantes más suaves que las que había en mi imaginación de hormonas en erupción) fue sorprendente darme cuenta que solo eran personas que iban a su pega, la hacían y después se iban a casa como cualquier hijo de vecino. Incluso mi decepción fue grande cuando me contaban de la enorme cantidad de gente que pagan una hora de su tiempo por que los abrazaran y simularan que los querían.
Me contaban que de vez en cuando llegaba alguno con su perversión elaborada, ávido de complacerla, y que se iban fustrados cuando la realidad era bastante más ínfima que la de su imaginación. Hablamos hasta alta horas de la madrugada, no hubo ni un lejano atisbo de insinuación, de hecho lo único desfachatado era su lenguaje coprolalico y de chuchada perfecta.
Pase ese año compartiendo habitualmente con ellas, sus tallas en el pasillo o sus gestos de fome o triunfo cuando veía saliendo a algún cliente que me miraba extrañado preguntándose porque cresta sonreía.
Con los años y gracias a malas interpretaciones de mi parte de la música de Sabina, las eleve a un carácter romántico, comenzando una fijación que duraría una vida, admirando (desde un punto de vista de lastima mezclada con fascinación) la profesión, maravillándome con las historias que escuche con los años y aceptando mi único rasgo de timidez o ego de jamás recurrir a ellas pagando el valor del cariño en oferta.

Desde ahí que me encantan las putas. Pero ojo, con esto no me refiero a las mujeres de vida fácil que algunos llaman así por vivir su sexualidad libremente y en un dejo de machismo draconiano. Hablo de esas profesionales que por una dadiva económica son tu mejor amiga, amante, y amor de tu vida por el tiempo acordado en su tarifa. El mercado de la soledad, da grandes dividendos, siempre que se mantengan dentro de un marco de respeto.

Sobre Borrachos, Beodos y alcoholicos


                Beber es una actividad socialmente aceptada que consiste en ingerir líquidos de alta graduación alcohólica en busca de un relajo, gusto o acompañamiento. El ingerir estas sustancias en altas cantidades nos lleva a liberación de inhibiciones, malas decisiones e incluso no falta el que se pone a manejar mandándose un cagazo de proporciones. Bueno, el tío Zienke, en su afán de servicio social y altruismo sin límites, ha desarrollado este tratado para esos momentos en los que el alcohol, al igual que su homónimo químico, es una solución. Pero primero cuestiónese qué tipo de borracho es? Antes de lanzarse a beber, es bueno saber el tipo de borracho al que uno se identifica, y de paso se evitara un mal rato de proporciones mitológicas.
Primero le tenemos al Jugoso, dícese de aquel que no solo pisa el corcho para lograr marearse, sino que se vuelve repetitivo, enamorado de cualquier fémina (aun cuando no lo sean) y que finalmente es una lata de cualquier evento social. Una de sus muletas es hablar a gritos de su equipo de futbol o partido político.
El choro, este es el que a medida los vasos pasan, siente que se vuelve más musculoso, su capacidad física se dispara y se cree capaz de ganarle una pelea al que sea, lamentablemente también es al primero que noquean mientras sus amigos tratan de calmar las idioteces hechas.
Las Drama Queen, que es aquella que empieza a recordar sus dramas de niñez revelando al que quiera escucharla (o) intimidades y termina llorando por lo terrible que es su vida y todas esas estupideces.
El Chicha, este siempre es bienvenido, el que se baila hasta los comerciales, el de la talla precisa y el que las estupideces que hace solo generan carcajadas propias y en los demás.
El florero, no confundir con el chicha, este gallo solo vive para que todos lo miren y cae en varias de las categorías presentes, pero también puede ser el alma de la fiesta, pero no siempre esto es una constante y jamás cae bien siempre este personaje.
La Bandera de USA, esta categoría se le destina más al género femenino por razones obvias, un hombre borracho se irá a la cama con cualquiera que lo sepa llevar, en las niñas este es un caso que se asocia al alcohol, el cual no se les va a la cabeza, sino directamente a las rodillas porque se le abren. Y antes que me trate de misógino, recuerde el refrán, el hombre cuando puede y ellas cuando quieren. Porque este nombre? Porque a este tipo de chicas las han clavado hasta en la luna.
El Lana, este gallo, al igual que su gemelo de la marihuana, es lo mas piola del mundo, trata de solo lanzar buenas vibras y sonríe idiotamente hasta que te das cuenta que lleva horas dormido.
El Patrón de fundo, este es bien especial, es un pariente cercano del jugoso pero a este se le suben los humos, les recuerda a todos los presentes a que se dedica y sus bienes materiales. Y al primer atisbo de problemas su frase de gancho es Y VOH NO SABÍ QUIEN SOY?
El de ropero, es el típico que se toma un par de copas y como que a medida que ingiere el alcohol, lenta y gradualmente se le cae el helado, y el que fuera tan machito, termina siendo más loca que cualquiera de sus amigas y bromea hasta el hostigamiento con su supuesta homosexualidad. Ojo, a este si le gusta pararse como el hombre araña, pero solo el alcohol revela su verdadera forma.
El Huaso, este es el que si bien practica todo el día para hablar normal, se toma un par de tragos y se le arranca el caballo pal cerro, siendo mas acampado que cualquier huaso que se precie.
El enamorado este borrachín, después de jotearse a cuanta mujer se le acerco, cae en cuenta de que ya no está con aquella que siempre amo y pasa lentamente a convertirse en Drama Queen. Solo no llega a este estado cuando le resulto con alguna.
El Impostor, este es uno de los más divertidos, puede pasar por varios de estos tipos enunciados y se le borra la memoria totalmente hasta que se ve a sí mismo en algún video de youtube.
El Cool, este es el que se instala en un rincón a beber mientras solo mira y su participación se reduce a tallas precisas y a frases repetidas mil veces que ayudan a crear un aire misterioso en los demás. Lo malo de este tipo, es que es el que por lo general se lleva a la chica.
                Como puede ver, uno puede pertenecer a uno o varios de estos tipos de borrachos (incluso pasar por varios de estos estados en una noche de juerga) pero si algo tienen todo estos beodos de leyenda en común, es el día siguiente. La resaca o como es conocida en estos lares; La Caña.
                A la mayoría de los antes enunciados, esto lo acompaña una amnesia selectiva que incluso puede terminar con más de alguno despertando en lugares insospechados o con gente que cuyo rostro será un horror que se llevara a la tumba. Y les cuento, como aprendí recientemente de una buena amiga, hay dos tipos de caña, que funcionan en paralelo incluso. Tenemos la que es netamente física, dolor muscular, huesos, sed incesante, el dolor de cabeza de categoría olímpica y otros sabores maravillosos que nos llevan a epifanías religiosas, donde le decimos a nuestra deidad de turno, la frase jamás gastada pero siempre incumplida del mundo: “nunca más”.
                El otro tipo de caña es la emocional (alucine con este concepto) que es ese pesar del alma de cuando besaste a alguien que en realidad no te gustaba, o cualquier actitud que tuviste con esos supresores de moral liquido que llevabas en el cuerpo. Y es que la caña emocional demora más días en curarse y si bien también lleva promesas al creador, al igual que la física, lo más probable es que la repitas alguna vez y ese mañana siguiente, odies estar aquí.




Quotidanía Zezual

                Hablemos de sexo. Hablemos del acto en sí, mas allá de que si debes tener sentimientos maravillosos para con la otra persona o si se debe esperar al matrimonio (si ud . no espero y lo hizo, me parece muy feo) la idea es solo hablar del sexo a calzón quitado (valga la redundancia) y no tratar de entregar ningún tipo de revelación cósmica que haga mejor su pasar en la cama.            Quizá en algún otro artículo revele algunos de los tips que me han hecho famoso en al menos 5 comunas, pero no es el tema del articulo libre de neuronas de hoy.
                No voy a romper ninguna regla que todos los caballeros deberíamos mantener, pero como no daré nombres solo será torcerla un poquitín para efectos de realizar un articulo medianamente entretenido que haga que su tiempo en esta columna sea grato, y quizá a mas de alguien deje pensando o recordando alguna situación épica de su soltería y quizá quiera compartirla en los comentarios. No creo que vaya a hablar de mujeres en el sexo. Si, tratare de analizar algunos tipos de mujeres (todas desde mi experiencia personal y alguna que otra hociconeada de otros miembros de mi genero) tratando de no parecer vulgar o lo que es peor pasar a ser una columna de sexo cuando en realidad solo será, insisto, para efectos meramente recreativos.
                Hablar mal o pelar como decimos en el crudo y acertado chilenismo, si bien no es exclusivo de ningún género, podemos concluir que las mujeres son terribles a la hora de emitir juicios, los que se basaran en si eres o no malo en la cama, el tamaño si importa y que la comprensión (aunque nunca te haya pasado antes) es solo una respuesta amable en un momento incomodo. Nosotros en cambio, siempre narramos épicas batallas donde la dama termina encantada de nuestras ciclópeas proporciones, el placer inconcebible en cuestión y el hecho que regalamos con nuestra generosidad una noche increíble. Pues bien, estas cavilaciones nacieron de la otra noche que comentaba junto a un grupo de amigas sobre el tiempo del cerdo en sus orgasmos (32 minutos) y el caracol (que bordea los 120 y además al ser asexuado tiene otros beneficios que no me interesan hoy).
Pues bien, entre risas, además de entender finalmente, y después de años, que diablos significa cuando te dicen “pásalo chancho” me recordó algunos de los paradigmas del sexo y mitos que te inculcan los comentarios y chistes de tus contemporáneos. Recuerdo llegar a googlear el tema y el Journal of Sexual Medecine dice que debería ser un minuto entre la penetración y la eyaculación en promedio, aunque algunos estudios afirmarían que se podría esto alargar a siete e incluso trece minutos, por lo que evitare chistes y comparaciones, solo dejare mis respetos.
En lo personal, la información sexual entregada por mis amigos y compañeros de colegio era confusa, pero si hubiese tenido acceso a la info que se maneja hoy en internet francamente me hubiese congelado y ni siquiera intentado. Y es que la información que recibías en conversaciones de patio te hacían creer que era (disculpando la burda expresión) “meter y ganar”, y es por información como esta, salpicada por ninguna sustancia, la que te hace llegar confundido a tu primera vez. En esa época de inocencia confusa e iniciándome en los divertidos caminos del pecado, era un enclenque consumidor de películas pornográficas jamás compradas, sino que prestadas a través de una red de futuros calientes que amarán la llegada de internet y páginas dedicadas al tema. Cierro los ojos y aun veo su cara de emoción y mi nerviosismo creciente solo hacían más torpes mis intentos de tocaciones y nulas mis posibilidades de sacar alguna prenda.
Como se pueden imaginar, tras ya varias temporadas en las que tocar un pecho femenino se había convertido en un santo grial raramente conseguido, la generosa disposición de mi interlocutora me aterro en primera instancia para solo convertirse en el peor debut posible seguido de una sensación de vergüenza por no haber logrado algo por mera intuición.
Recuerdo su perplejidad que solo fue salvada por mi rápida recuperación y tiernos años (si, era una mujer mayor) por lo que aprendí ese día de la cantidad versus la calidad.
Me encantaría decirles a mis fans que mejore con los años y mis amantes se convirtieron en una lista de mujeres satisfechas, pero la verdad es que ante este punto solo me queda fe y el consuelo que jamás recibí reclamos… pero si innumerables quejas (el que cacho la talla, cacho) en fin, las relaciones con las féminas solo se volvieron más confusas tras este hito y me volví uno más de los esclavos de sus instintos y celebre cada vez que logre tener sexo. En esos años me consolaba que, a pesar de lo esporádico, algún día tendría esposa y eso sería seguido. Jajaja, wn iluso.
En este camino ha habido de todo, desde mujeres con mas testosterona que yo (jamás me llamaron las infelices) mujeres maravillosas, mujeres espontaneas, reprimidas y una que me lleno el corazón y cual atrapasueños, me dejo enredado en su recuerdo dejando una vara que quizá nadie pueda superar. En fin, no olvidemos que las mujeres también pueden tener malos desempeños en la cama, poca osadía o iniciativa o lograr que el tema se convierta en una monotonía somnolienta que solo genere, como me explico sabiamente una amiga, caña emocional después del acto.
Para redondear, y como en todas mis columnas solo quiero aclarar que no existe perfección en el desempeño sexual, ya que también pasa que aunque haya sido un polvo de puntuación olímpica, es perfectamente posible, mas si eres católico, te coma la culpa y ese grato momento se convierta en una carga en tu memoria y así, aun cuando el recuerdo se convierta en tu ejemplo de pasión pura, odies estar aquí.


Toch an Gou

Bienvenidos a esta nueva y torrencial lluvia de ideas sin sentido y que con periodicidad inestable, hago llegar a sus pantallas sin otra aspiración de que se cuestionen porque diablos me dejan escribir. Esta semana el demonio tutelar y espina en mi costado psíquico es el touch and go (si, si se escribirlo, el titulo es una chilenizacion humorística que no hará reír a nadie) pero vamos a lo nuestro. El Touch and go, mis inocentes damiselas y gallardos mozalbetes, es una práctica que si bien está destinada a los solteros ardientes, es también practica de algunos comprometidos y uno que otro zombie.
Consiste en el sexo apasionado con un desconocido (a) que tras finalizar, las reglas generales indican que hay que vestirse o esperar a que la persona se retire sin muchos aspavientos y sin dejar la remota posibilidad de reintentarlo. Hoy trataremos de establecer estas reglas generales, gracias a las serias encuestas y estudios de mercado realizados por uno de mis maceteros.
1.- Debe ser un desconocido, y claro, ya que si lo piensas bien, no tiene mucho sentido con una amigo o amiga ya que caerás en el juego del “amigo con ventaja” y que lo más probable que se repita en alguna ocasión, por lo que se pierde el trasfondo filosófico del touch an go. REGLA IMPORTANTE.
2.- Cuida tu aseo, el género humano, en una de sus muchas atribuciones, es enfermo de pelador. Y aunque si bien el touch and go mantiene al mínimo la info sobre tu persona, ni pensar de dar facebook o datos más específicos, importante en este punto, es que cuides tu aseo personal y desempeño. No hagan tal que tras unos meses de depresión (por quiebre anterior) ir a meterte con una desconocido (A) el olor a pies (o a pata como indican los entendidos) o a rodilla (entre poto y pata nos vuelven a aclarar) serán un estigma que se propagara entre las amistades, conocidos y así sucesivamente (porque la historia es divertida) y te aseguro alcanzara en algún momento. Yo fui testigo de lo vilipendiado del honorable nombre de un caballero que sufrió por estos temas. Por ende, báñese, aplique buen califont y ojala especies olorosas (no muchas, no vaya a dejar pensando que es metrosexual o alguna tontera por el estilo) hay variadas cremas y tapa olores en el mercado, pero le recomendamos que lo mejor es una buena ducha.
3.- Desempeño, Acá las niñas aseguran tenerla fácil, que el único que debe preocuparse de sus acciones el varón, ya que por su característica mono orgásmica (no se si existe esa palabra pero me sentí cool al mencionarla) solo tiene un tiro para demostrar calidad y que si es malo, rápido o cualquier cosa que deje insatisfecha, eliminara toda posibilidad de una segunda oportunidad y volveremos a lo mencionado en el punto anterior. Las amigas de la receptora de tu mala puntería, harán escarnio con tu reputación y que te aseguro que ni bañándote te salvas. Acá me gustaría agregar algo para nuestras lectoras, ustedes también pueden ser malas en el sexo. Lo que pasa es que somos tan buenos los hombres que a pesar del mal desempeño, llegaremos al final y daremos muchísimas oportunidades ya que somos nobles y de corazón generoso. Lo calientes es solo circunstancial.
4.- El Final, Si cumpliste las reglas anteriores (hay otras pero como es un mercado amplio, los consumidores y gustos varían, por lo que pueden haber más reglas) no se te olvide este consejo de oro. Terminaste y te vas. Y cuando hablo de terminar, no lo tome al pie de la letra, no es llegar y bajarse de la cabalgata de amor y salir huyendo. Es una vez terminado el o los múltiples encuentros, sea buena gente, tome sus cosas y lárguese, váyase cuando sus índices de popularidad estén en la cima. No pida teléfonos y menos pregunte por la posibilidad de repetir en otra ocasión. Recuerde lo que está haciendo, touch and go, o sea toque y largo. A nadie le gusta dormir o desayunar con extraños cuando el interés en común ya se calmo.
Y esto se los digo de interesantes conversaciones de féminas y varones que por lo general lo aclaran como punto importante a discutir y aclarar. Los touch and go son como las comidas, terminaste y solo tras unos amables intercambios, el deber es irse, chao, nos veihmo.
Por eso mis niños y chusma inconsciente, es que debemos tratar de seguir estas fáciles 4 reglas de oro, que los dejaran bien parados, con una reputación decente (no hablaremos de tamaños o análisis exegéticos de desempeños, al menos no hoy) mantengamos firme esta noble institución de calmar pasiones de forma segura (los condones los venden en cualquier lado) y ayudemos a que su desarrollo la haga tomar su lugar junto al amor y otras relaciones de distintos sabores.
Que el touch and go  solo sea una nueva forma de huir, de no entregarte a una relación y de mentirte a ti mismo con falacias que lo más probable te hagan sentir aun mas solo al dia siguiente, solo será otra de las razones que te hagan odiar estar aquí.

                

Se llama COLINA (PUBLICADO EN EL PILIN EL 27/02/2013)

No soporto a los siúticos, arribistas o gente que no vive su realidad de forma feliz y limpia, me carga que por vivir en un lugar determinado, tener ciertos bienes materiales o viajar,   crean que eso te hace mejor persona, o es algún tipo de plus que te eleve por sobre los demás. 
Hoy miro con  incomprensión (y no culpo a los que ahí viven que solo son víctimas del marketing) como han ido convirtiendo a Colina en un apéndice de Chicureo. 
Incluso empiezo a ver el nombre de Chicureo como un virus geográfico que se come localidades, personas (los que se compran la leyenda) e historias. 
Veo como Chicureo (una malísima tierra arcillosa que quedaba casi llegando a los cerros) hoy cubre casi toda la comuna de Colina y en su camino se tragó al Algarrobal, Guay Guay, Los Ingleses (acá me detengo un segundo, ya que le decían así a este sector porque sus habitantes originales eran tan ignorantes que no sabían ni hablar y esto era un nombre despectivo) Lo Arcaya (donde de verdad vivía Camiroaga) San José, Santa Cecilia, Liray, etc. Puedo nombrarlos a todos, pero solo servirá como valor referencial ya que les sería más fácil diciéndoles Chicureo para que se ubiquen geográficamente.
 Hay quien afirma (creo que era Neruda) que Valparaíso nació espontáneamente de un momento para otro y era una dama desgreñada y que de ahí viene lo intricado de sus calles, bueno, al pensar en Colina siempre pensé que se le había caído del bolsillo a un español vago y en su abandono, empezó como una niña inocente que tras su primera violación (las cárceles) se termino convirtiendo en una cortesana de alta alcurnia a la que le cambiaron el nombre por uno  más chic. 
Colina…uno de los misterios que siempre ha acarreado este pueblo es el origen de su nombre, desde un caudillo inca, notabilísimo por su belicosidad y por jamás haber peleado con nadie, hasta una raza de gallina famosa que nadie nunca pudo tampoco identificar. Ese es mi pueblo de origen, un lugar mágico donde las historias confabulaban por doquier y donde la modernidad junto a las cárceles, lejos de ayudarlo,  lo  están matando de manera inexorable. 
En sus primeros años, Colina solo fue un puñado de casas, donde los comerciantes árabes abastecían de lo que llegaba desde la capital y donde sus habitantes secaban sus cuerpos y su suerte en los campos vecinos, de  familias  poderosas como los Ruiz- Tagle, los Fontt, los Gonzáles, etc. Familias de abolengo que por cuna o matrimonio habían obtenido grandes extensiones de tierra para aumentar sus fortunas que venían de varias generaciones atrás. 
Vuelvo mi mirada mientras recorro las calles mi pueblo, las que recuerdo con  detalle en mi imaginación, aun cuando estas ya no tienen mucho que ver con la realidad, donde no existen nombres de calles sino referencias de casas de habitantes renombrados, locales inmanentes o sucesos reconocidos, los que se usan para apuntar el lugar del pueblo al que quería llegar. 
 Puedo ver en esas imágenes de la memoria a algunos de sus habitantes, a esos que tenían su morada en cualquier esquina y, que como poderosos señores antiguos, tenían el respeto de todos y el pueblo era su reino. Los veo a todos, veo a la Mexicana con su séquito de perros que la mordisquean y aman sin condición, veo al Chaparro con su interminable cantar y que por una moneda, daba serenatas eternas para mantener su mareo sin interrupciones. Lo curioso es que cantaba su “ay Chabela” como ranchera, como única frase  interminable de la canción y siempre, me quedó la duda de si tenía más letra o era un producto de su imaginación inalcanzable y su carisma de Charro nacido en lugar erróneo. 
 Recuerdo a Pepe Camión y su delirio feliz de manejar un camión inexistente, mientras recorría los caminos de la zona con su andar feliz. 
Aun algunos  andan por ahí todavía, a pesar de haber muerto hace años y que se les ve, imagino que nadie les ha comentado el infortunado suceso de sus muertes y ellos están demasiado en otro plano para ponerle atención a algo tan mundano, por lo que lo ignoran y siguen alegremente con su vagabundear, son características y señas inconfundibles del Colina que es escenario de mis recuerdos. 
 Este Macondo desquiciado cercano a Santiago que aun está lleno de mística y amistades generacionales, característico de pueblo chico y de infierno grande. 

En fin, en cada esquina hay una historia y un suceso. Incluso yo (como buen producto de pueblo) caigo en esto al amarlo sin condición, pero manteniéndome lejos sin dudarlo. Por lo que el arribismo de tratar de convertirlo en algo que no era, hoy me hace odiar estar aquí.

sábado, 18 de mayo de 2013

Una no-historia


Había una vez un no-cuento. Una no- historia. Sin moralejas o enseñanzas ni futuros imperecederos, por lo que menos encontraremos un; y vivieron felices para siempre. Los no- cuentos no se escriben, se transcriben desde las situaciones donde se autoconstruyen sin control de autores ni de hados de destino.
Uno los ve pasar simplemente y agradece su paso, pero como todas las historias, son una sucesión de eventos con cierto orden cronológico pero sin finales posibles por lo que el transcribidor puede cortarlos donde quiera ya que siempre quedara inconcluso.
Es rudo estar frente a una no-historia, uno no sabe mucho que hacer, y menos cuando uno no es gran cosa para este tipo de historias (por llamarlos de alguna forma) y justamente es por lo azaroso de esto es que solo apareció parado en la esquina mirando ávidamente su reloj.
Miro su teléfono y sonrió pensativo. Miraba a ratos los autos fijamente y rítmicamente como en un paso pre ensayado miraba su reloj. Pronto se detuvo una enorme camioneta y él se subió de prisa. La mujer que manejaba le sonrió con esas sonrisas que nacen desde el corazón y a él se le iluminaron los ojos como un niño ante los regalos navideños.
                Un poco cauteloso, la beso tímidamente en los labios y deseo que ese segundo durara para siempre supongo. Enfilaron rápidamente hacia los sectores altos de la capital, desee que las no-historias fuesen mágicas, me volviese invisible y me arrastraran con ellos.
                Veo el vehículo perderse a lo lejos y deseo que su historia de amor se siga nutriendo, deseo que se amen con locura y que en sus años de ocaso se rían cómplices de sus locuras ya sin pasión, que hayan logrado el perdón de los perdedores y heridos de su alegría y que gracias al otro, ningún odie estar aquí. Pero como toda no- historia, una trama la hubiese hecho más efectiva, una moraleja hubiese sido un testimonio de sabiduría y el conocer a los personajes crearía a esos amigos que solo existen en las páginas y nos hacen amarlo u odiarlos como a viejos conocidos a los que se vuelven de vez en cuando. Pero claro, es una no-historia, no sabremos nada de lo anterior, solo elucubraremos destinos, hechos y frases memorables. No veremos sus ojos subrayados con las ojeras posteriores a una noche de pasión, no sabremos si se besaron para despedirse o si él la vio partir llevándose parte de su alma.
Es el problema de las no-historias, el problema de la vida que transcurre entre historias y no-historias y de esta que he capturado para que no odies estar aquí. 

domingo, 28 de abril de 2013

MAYO


Mayo
No piense que voy a escribir del mes de mayo. De hecho no escribiré nada ni remotamente parecido, escribiré de alguien que no está y lo llamábamos así, mi abuelo. A más de alguien puede extrañarle esta afirmación ya que la enorme mayoría no lo conoció y este artículo no podría ser más personal,  pero espero que se vaya entendiendo a medida que caen mis letras sobre su pantalla, los lleve a pensar en esos seres amados que ya han partido a esas tierras de leyenda donde habitan junto a nuestra imaginación y otros seres de magia que nos rodean.
He pensado en estos últimos días en la muerte, pero en buena, en realidad he pensado en los que se ha llevado y ahora no están, el papá de una amiga que celebra con su familia su vida en el momento que escribo estas ideas inconexas, Gervasio, al que conocí, pero que los medios se esfuerzan por ensuciar cada cierto tiempo recordándonos que muchos de los muertos en Chile jamás tengan paz. Y obviamente recordé a mi abuelo.
Mis primeros recuerdos de él, son su presencia imponente, la plétora de habilidades que poseía y a veces se jactaba, recuerdo su bigote eterno el que se peinado hacia atrás, su corpulenta figura y su sabiduría enciclopédica.
Jamás he vuelto a conocer a alguien tan conocedor en los más diversos temas, y no solo saber de estos sino también ejecutarlos.
Recuerdo su aplicación de disciplina espartana a los que estábamos a su cargo, su exigencia, su negrísimo humor y el amor a la irreverencia que nos costaron parientes, vecinos y el odio sin consecuencias de más de alguno. Era un tipo complejo, lleno de bloqueos emocionales que solo parecían quebrarse al cuidar a sus amados setter irlandés, perros que eran lo único que podíamos notar que amaba. Se me viene a la memoria un día que miraba libros en la biblioteca de la casa y encontré la Divina Comedia, que venía escrita en la pagina izquierda en italiano antiguo y en contraposición en español docto, con unos dibujos de Doré que era alimento para la imaginación de un niño en los años que no había internet, cable o teléfono.
Recuerdo mirarlo ávidamente con la idea que había encontrado mi desafío de lectura para ese verano (no debo haber tenido más de 11 años) cuando paso mi abuelo. Me miro y pregunto qué ojeaba, y al responderle, una sonrisa soberbia apareció en su rostro diciéndome que era demasiado para mí. Obviamente no fue muy pedagógico, mas por lo que lo tome por el otro lado, que no tenía capacidad para leerlo pensé. Cuando en realidad el se refería a los conocimientos en historia, mitología, filosofía y otras ciencias para seguir solamente la lectura, eso sin contar la lectura en sí que encerraba un sinnúmero de figuras que tenían varias interpretaciones que hacen que el libro se entienda de diversas formas al leerlo en diferentes etapas de tu vida. En fin, tenía razón, di bote, no cache nada, era como pasar de escribir en las cavernas a programar computadores. A las pocas semanas, durante la cena, le dije que tenía razón y que había sido demasiado para mí.
Sonrió y me dio una lista de libros para ese verano, me hizo leer la biblia como libro, la Ilíada, la odisea, platón, algunos libros de historia que durante años me prepararon para volver a leer el famoso libro de Dante varios años después. Recuerdo leer la última pagina de la Divina Comedia y agradecí (no se lo dije, ya que no le iba a dar el gusto) que me hiciera fanático de la lectura sin que me diese cuenta. No siempre era así nuestra relación, al contrario, vivíamos peleando, creía que era un hombre cruel, incapaz de demostrar emociones que no fuera a sus animales, soberbio, pagado en sí mismo, se creía la raja por tener una situación económica que no era de él, sino heredada y miles de cosas que hacían que estuviera cercanos a cualquiera de mis primos menos a mí (bueno, la mayoría de esto lo reflexionaba durante mi adolescencia) siendo que yo era el que vivía con él.
Curioso fue cuando cayó gravemente enfermo por un enfisema producto de su amor a las 3 cajetillas de cigarrillos diarias que lo destinaron a una cama, donde su inteligencia se fue de a poco. Recuerdo que se necesitaba que alguien pasara las noches con él para que no se sacara el oxigeno y no muriese. Aun me cuestiono porque me ofrecí, nadie me lo pidió, pero me quede con un él un mes y medio con todas las noches cuidándolo, mudándolo (el mudar a un adulto es una lección de humildad para cualquiera), y odiando, si, odiando, cada segundo de ese cuerpo que se iba de a poco y que no tenía nada que ver con mi abuelo. Un día y sin aspavientos se fue.
Aun recuerdo sus delirios geniales, como un día me echo de la habitación ya que estaba llenos de chinos muertos en una mina y que lo estaban esperando para irse, la luz persistente que había en una esquina del techo que se agrandaba a ratos y que supongo término por llevárselo.
También recuerdo lo curioso de las reacciones de la gente en su dolor, aun recuerdo como un tío, al momento que murió mi abuelo, dijo que a su papá le gustaban los zapatos bien lustrados por lo que se dedico a pulirlos durante varias horas, dejándolos como espejos y que aun recuerdo su impresionante brillantez.
Recuerdo que una de sus instrucciones fue que no se le velara en la casa, prohibido arrancar flores pa llevarle ni comprarlas, y se debía realizar un asado bien regado el domingo siguiente a su muerte. Uds comprenderán que el ataúd solo, hizo agosto en los cuchicheo de los otros velorios del lugar donde lo llevamos, y más de una señora quiso entrar a dejarle algo encontrándose con la férrea oposición de los nietos de guardia. Recuerdo que la noche que murió espere a que todos se durmieran y me encerré con él en su pieza. Le dije de todo a su cuerpo (el ya no estaba ahí) llore, le grite, le dije todo lo que me había dolido, y también le dije que lo amaba.
Es curioso como durante años lo odie durante años para solo terminar usando bigote y peinándome hacia a tras exactamente como él lo hacía, quizá en un anhelo subconsciente de querer parecerme un poco, aun a sabiendas que jamás podría hacerlo.
Si bien todo esto nació porque su cumpleaños es el día del carabinero (el día que escribí esto), y las reflexiones anteriores, yo de verdad que lo amaba, aunque a veces me haya creído que su meta en la vida era hacerme el odiar estar aquí.  

domingo, 31 de marzo de 2013

Entre Suspiros


Despiertas. Miras a tu lado una espalda desnuda que respira plácidamente en lo más profundo de los dominios de Morfeo y te detienes. Miras a tu alrededor mientras tus ojos heridos se tratan de acostumbrar a una insolente luz del día.
Aun tus neuronas no se conectan totalmente cuando estas tratando de recordar donde estas, el sabor agrio en tu boca y el espacio entre tus lóbulos que palpita al ritmo de sístoles y diástoles te indican que la cantidad de alcohol ingerida era suficiente para dejar contento a un país pequeño.
Miras la hora y aun es temprano, buscas a tu alrededor tu ropa y ojala tu teléfono para que el gps te indique donde estas. Curiosamente recién en ese instante te das cuenta que estas desnudo y tu compañía también lo está. Espías disimuladamente, y lo más despacio posible, bajo las sabanas para ver a tu compañía. El sol insolente entra prepotente en la pieza haciendo imposible el dormir.
Ves el cabello largo y perfecto y del mismo color que los pecados derramado sobre las almohadas, admiras esa diminuta espalda que te parece perfecta. Casi sin pensarlo te aferras a ella como un naufrago en busca de no ahogarse. Sientes los rastros de su perfume que estimulan las pocas sinapsis inconexas que quedaban. Ella ronronea, se acomoda calzando perfecto en ti y sigue durmiendo. Lamentablemente no encuentras registro, salvo unas pobres imágenes, de lo acaecido para llegar a esa espalda. Miras la habitación de colores ocre, no muy grande.
Ves recortes de diarios con noticias sin sentido, litografías de copias de cuadros imposibles. Un pequeño equipo de música y la ausencia de televisor te dice lo que la entretiene. Los libros amontonados en diferentes partes te llaman la atención y fantaseas con que sea escritora y esa noche de supuesta (hasta ahora sigue no muy seguro de que así haya sido y menos que haya sido exitosa) termine en una novela imperecedera que solo tu reconocerás y sonreirás cada vez que la veas en tu cofre privado de memorias, un atrapa sueños cuelga impávido desde su techo y admiras su artesanía bella, mágica y honesta.
Un hada cuelga desde un rincón y te mira coqueta o quizá impresionada por lo ocurrido hace unas horas y de lo que no tienes mucho registro. Son varios los adornos en la habitación, pero esos son los que te llevas entre tus recuerdos.
Empiezan a pasar los minutos y te das cuenta con terror que no sabes su nombre. Te preocupa que se enoje cuando se de cuenta, miras por todas partes algún recuerdo u objeto que te de pistas de su identidad. El cabello aleonado cubre su cara, lo que te impide saber cómo son sus facciones. Solo recuerdas lo ruidoso del bar, la neblina de nicotina, y como los vasos se iban entre suspiros, la miras y ves lo indefensa que esta, su entrega y confianza hacia ti, un desconocido, la amas en ese momento por el momento perfecto.
Te levantas suavemente, recoges tu ropa y logras salir de la habitación sin ruido.
Un living espacioso y en silencio no revela ni siquiera la presencia de mascotas, terminas vistiéndote rápidamente, y siempre sin hacer ruido.
Vas al baño de visitas y te refrescas lo mejor posible.
Te asomas por última vez a la habitación y ves como ya se ha adueñado de su cama y siempre en una posición que te impide admirar sus facciones.
Sales lo más calladamente posible del departamento, y solo el click del cierre rompe el silencio. Caminas relajado hacia al ascensor preguntándote por esa mujer misteriosa y tu sensación urgente de huir. Miras con nostalgia su puerta pensando en ese momento perfecto que te sentiste a salvo.
                Piensas con pena en los besos que no tendrás por no saber decir: “te necesito”, como dice Sabina. Pero la vida continuara, como dice la canción, como todas las cosas que no tienen mucho sentido. Por amarla gracias a ese momento perfecto, ya no odiaras estar aquí.

lunes, 11 de febrero de 2013

Para ti


Hola. Es curioso dirigirte unas palabras porque jamás nos conocimos. Hace unos días conoci a tu madre, Beatriz, una mujer encantadora, superviviente del la generación hippie, guitarrista aventajada y de sonrisa dulce. No recuerdo en este instante como nos fuimos de tema en tema hasta llegar a ti, al parecer porque nombre a mi mamá, es que ella me conto tu historia de forma generosa y espontanea. Me sorprendió a quemarropa sabiendo mi cumpleaños y que había nacido en el hospital San Jose. Me conto de quienes estaban ese día y de cómo mi abuela la iba a ver a ratos para tratar de consolar su pena de tu cuna vacía. Me dijo que nacimos con unas horas de diferencia, pero un problema te hizo decidir volver a esas tierras mágicas desde donde veníamos pero yo ya no tenía ningún recuerdo.
Me dijo que la emocionaba mirarme y me dio un abrazo fuerte que claramente era para ti. Debo confesarte que a pesar que la fiesta siguió, el vino corrió como por las copas y los guitarreo se hicieron alegres y de voces desgarradoras, tu imagen no me abandono.
Me pregunte que pasaría si alguna vez nos encontrábamos nuevamente en ese lugar mágico y me pedias cuentas de mi vida, me preguntabas que había hecho yo que me había quedado y como se me habían dado las cosas en ese lugar feo que no te había interesado.
Es justamente lo que me lleva a escribirte unas líneas.
Quería contarte que había pasado en estos 36 años, casi “ad portas” de nuestro cumpleaños 37. Querría decirte que ha sido un buen viaje, que tuve una niñez fantástica de aventuras siderales, luchas con monstruos antediluvianos con pistolas de madera y persecución de bandidos notables nacidos de imaginación espontanea y malicia desconocida.
Cuando la niñez termino en un suspiro, pase a una adolecencia difícil, etapas autodestructivas para dañar a quienes quería y que solo me hicieron perder tiempo, besos, abrazos y enseñanzas de vida.
Pronto me fui de la casa siguiendo a mis demonios tutelares, noches de borrachera y una brújula sin norte que me llevo a ninguna parte. Pronto se acumularon los veranos, otoños, inviernos y esporádicas primaveras que le han dado sabor y cicatrices a mi corazón, acumulando un monton de amores incompletos que sentenciaron a mi corazón a amar sin hacerlo.
Estudie dos carreras de la que al final solo ejercí la primera años después de haberla estudiado y casi sin decidirlo, me demore 20 años en saber mi vocación. Gracias a Dios, hoy me dedico a lo que me gusta y no tuve que trabajar nunca más.
Coleccione amigos increíbles, aventuras fantásticas, gente sabia y uno que otro enemigo a los que jamás conocí.
Mi corazón se perdió entre atrapasueños y cuchillos, y al igual que mis estudios en 2 intentos he tratado de formar una familia, pero que me han dado el regalo de dos hijos, que me maravilla ver crecer y que hace que todo el viaje valga la pena.
Quería contarte parte de lo que no viviste, quería decirte que he tratado de aprovecharla, y que gracias a ti, todo se ha vuelto más llevadero. Quería decirte que probablemente hubiésemos sido grandes amigos, quizá guitarreado juntos y hubiésemos bebido chocando nuestras copas mientras celebrábamos nuestro cumpleaños.
Te envio mis saludos y recomiendo firmemente hacer este viaje. Y como dice un poema, si bien aquí aprendemos a reir con llanto, también aprendemos a llorar a carcajadas.
Gracias a ti, ya no odio estar aquí.