lunes, 16 de agosto de 2010

Ganas de ná....

Desidia, desinterés, inapetencia o desgana, o mejor en chileno; ganas de ná. todos nos encontramos en algún punto de nuestras vidas, e incluso muchos de nosotros, algunas veces al día, nos vemos envueltos en esta emoción.
A la gran mayoría nos ataca al llegar al trabajo por lo general.
Y es curioso como de un tiempo a esta parte es una emoción que me deja un regusto amargo que se mantiene mientras estoy en mi trabajo o pienso en el.
De hecho mientras escribo estas palabras siento una acidez mental que inevitablemente me hace alejarme del teclado pensando en que es lo que quiero decir, y es que la monotonía de laborar en algo que no me gusta (ok, a nadie le gusta trabajar) me llevo a estas palabras que necesitaba sacar y exprimir.
Quizá escribo en este momento con el secreto deseo de que todo estará mejor al final de estas lineas y que me reencatare con todo lo que me hace aborrecer lo que hago.
Que feliz seria no tener reuniones, cerrar proyectos o simular que me cae increíble el gerente o dueño de empresa que esta frente a mi y que sus temas son minimamente interesantes.
Entonces escucho llorar a Martín, y me doy cuenta que solo es un jadeo en el camino y que bien descanse un poco podre volver a esas reuniones de negocios y mentirme día a día que el dinero no hace la felicidad pero la financia.
Finalmente si sirvieron estas palabras que si bien no me curaron me hicieron sentir mucho mejor pero no lograron curarme de estas ganas de ná.

sábado, 7 de agosto de 2010

Cafe con piernas o como ser mijito rico con poco presupuesto.


En más de una ocasión, muchas veces sin que nadie me crea mucho, he afirmado de mi famosa rudeza. Siempre me he jactado de muchas actitudes y habilidades frente a las mujeres (antes de hoy, mi problema no era conseguir relaciones, era mantenerlas) bueno, afirmaciones que hace unos días, se destruyeron sin piedad ni anestesia. Y es que no soy tan rudo como creía y me diluí ante una fuerza de la naturaleza sin filtros de la que les contare a continuación…
Todo empieza porque yo nunca había entrado a un café con piernas.
De verdad, jamás lo había hecho. Mi fama infundada de bohemio hace creer que tengo tarjeta de descuento en cuanto topples, café con piernas, tugurios, partidos políticos y lugares de esa índole, incluso soy amigo habitual de damas que usufructúan del comercio sexual. Bueno, en el ultimo gremio si tengo varias y notabilísimas amigas (tengo una fijación con la prostitución, jamás he sido cliente, pero las admiro a morir) pero en fin, no es el tema, pero no había entrado a un café con piernas o al menos no uno de ese tipo.
Había pasado cerca de algunos que pululan por el centro y que de cuando en cuando veía alguna puerta abierta y sapeaba con intriga, pero nada más que para sonreír si veía a una niña media desnuda o la sorpresa de la cantidad de tipos en el lugar. Pues bien, mis niños, mi debut en estas lides fue en un local donde trabaja (ahora mi nueva Magdalena inspiradora) Paola Brandon.
Quiero aclarar que no me interesa hacer un apostolado ni condenando ni dándole un empujón a estos negocios, ya que estos junto a los topples me dejan una sensación de tristeza más que calentura. No confundir con lupanares clásicos que fueron tema de mi mala alegoría de la columna anterior.
Y es que si vuelvo a escribir de mujeres así, pensare esta bella Jezabel de curvas perfectas, sonrisa tatuada y postura erótica. Pensare en su desfachatez de fantasía sexual andante, su talla precisa y su mirada libidinosa que te hace creer por segundos que tu también eres la de ella.
Bueno, no paso nada del otro mundo, solo sirvió su café, hablamos de su show en las noches y que se mataba de lunes a domingo por mantener a su familia en un excelente pasar. El hecho de que estuviera totalmente desnuda en sus curvas perfectas solo era un distractorio en nuestra conversación, que disimule cuanto pude.
Y claro nuestras mantenedoras de ilusiones ganan muy bien, aun cuando tienen que lidiar con tipos feísimos, de mal olor y simplemente medios degenerados. Pero este submundo donde todos los varones nos sentimos ricos y bellas sílfides nos acosan, hay ciertas reglas no enunciadas de respeto y sociabilidad que rara vez se traspasan o rompen, no se toca o atosiga.
Ya han pasado varios meses desde mi última visita, pero a veces paso cerca y debo confesar que me tiento en entrar y ser rico mientras me dure el café y solo por unas lucas. Pero claro, vuelvo a pensar correctamente y sigo pensando que prefiero ser un gil promedio y vivir en la realidad sin engaños…. claro, que si un amigo me invita, le sugeriré fuertemente este local con amenazas y aceptaría desganadamente su invitación, solo porque cualquier otra cosa, sería descortés.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Fumar

Me gusta fumar. Me gusta el sabor del tabaco en las mañanas temprano o cuando esto en lugares donde el puto aire es demasiado puro y necesito dañar mis pulmones recordando a mi amada ciudad, debe ser por eso que casi no salgo de Santiago. Me gusta aspirar bocanadas de tabaco mientras escribo para matar el tiempo con la esperanza de que lgo ocurra en mi cabeza y finalmente termine escribiendo algo decente o como se mezcla con el sabor de un buen vino en mi boca. Se que me estoy asesinando, de hecho mi abuelo murio por causas relaciobnadas al objeto de mi oda. Tambien estoy claro que no quiero morir joven ni conectado a un puto tubo de oxigeno... pero siempre que tomo conciencia del tema (y soy tan cinico que mientras escribo esto cuido de no botar las cenizas sobre el teclado) Supongo que es parte de las inconsistencias que me caracterizan, aunque agradezco a esa magica dama que me ame a pesar de todo.... releo todo esto y me doy cuenta que es mas facil dejar los cigarrillos que deshacer mis prejuicios.....

Música Cronologica.


¿Soy miserable porque escucho música o la música me hace miserable?
El protagonista de mi película favorita se cuestionaba de que a la gente le preocupa que a los niños los absorba algún culto de violencia con tanto juguete bélico o vieran películas que les hicieran daño psicológicamente, mientras escuchan miles, y literalmente miles, de canciones que hablan sobre dolor, pena, rechazo, depresiones y decepción.
Y terminaba haciéndose esa pregunta mientras miraba hacia la pantalla buscando una respuesta que no llegaba. ¿Soy miserable porque escucho música o la música me hace miserable?
Debo confesar que mis mejores depresiones han estado acompañadas por canciones increíbles, y alguno que otro tema cebolla que escuchaba en privado, evitando celosamente que arruinara mi imagen sofisticada y seria. Y musicalmente hablando eso es feo.
En fin, el punto es que las emociones en estos tiempos, al igual que cualquier película que se precie de decente, tiene una buena banda sonora. Como cuando escuchamos ese tema que nos hace recordar los besos públicos y breves de la fiesta de turno o esa canción que buscábamos escuchar porque nos rompía aun más el corazón.
Por ejemplo “Eternal Flames” de Bangles inevitablemente me hace viajar en el tren de los recuerdos a ver las fogatas de antaño con mis más antiguos amigos, mientras veo a mi primer amor enamoradísima de uno de mis mejores amigos (se lee triste, pero les juro que los amaba y amo tanto a ambos que jamás fue un rollo). O como Roxette me hace recordar mis primeras visitas a las discotecas. Más aún, como odié a Arjona cuando me divorcié y que la canciones de Sabina, a veces, me hacen recorrer a pasos gigantes mis mejores fracasos amorosos.
 Si dicen que los olores son la conexión mas fuerte al pasado, quizás una buena colección de discos se pueda ordenar cronológicamente siguiendo los pasos de tu vida, buenos momentos, malos momentos y una que otra canción de Sade que siempre imaginamos en alguna tarde pasión pero que jamás llegamos al equipo de música para ponerlo….. hablo del disco obviamente.
Tampoco es innegable la influencia de la música hasta en nuestras modas a vestir durante ciertas etapas de la vida o como hoy incluso desata tribus urbanas con pantalones a media cue… y pintas de velorios kitch. Incluso mientras escribo estas líneas suenan los acordes de Red Hot Chili Peppers para estimular las sinapsis o quizá solo porque me encantan.
Pero volvamos a la música cronológica, de verdad que podríamos ordenar nuestros discos de forma cronológica, en lo personal podría empezar con los temones de los bochincheros y Mazapán para rematar Michael Jackson (todo esto antes de los 10 años) luego llegar a mi adolecencia donde descubro los discos de mi papá y se abre un mundo gigante con Ten Years After, Led Zeppelin, Emerson Lake & Palmer (incluso una vez a mi mamá se le salió que podría haber sido concebido con el tema “From the Beginning” lo que jamás me dejo volver a escuchar este tema sin horribles imágenes mentales) The Doors hasta la alucinación total que fue descubrir a Nirvana y todos los padres del Grundge. Después, como dije alguna vez en algún cuento, a los inviernos les siguieron las primaveras con ocasionales veranos y mis años se acumularon junto a cajas de cassettes, cd´s y uno que otro vinilo.
Hoy me he vuelto más ecléctico con la música y escucho de todo, lo que me agrade of course, o sea un propuesta musical interesante. Aunque ya no pongo la música para toda la cuadra y siempre, dentro de un marco de respeto.

Poniendo el dia al blog.....

A continuacion me pondre al dia.
Actualizare ideas y conceptos antiguos, algunos no los tocare ya que no tienen arreglo y simplemente me hundire pensando en que necesito aprender a escribir.
Pero dejen comentarios..... Un abrazo.