lunes, 1 de agosto de 2022

Lo peor del amor

Lo peor del amor, cuando termina
Son las habitaciones ventiladas
El solo de pijamas con sordina
La adrenalina en camas separadas
Lo malo del después son los despojos
Que embalsaman los pájaros del sueño
Los teléfonos que hablan con los ojos
El sístole sin diástole ni dueño
Lo más ingrato es encalar la casa
Remendar las virtudes veniales
Condenar a galeras los archivos
Lo atroz de la pasión es cuando pasa
Cuando, al punto final de los finales
No le siguen dos puntos suspensivos
Lo peor del amor, cuando termina
Son las habitaciones ventiladas
El solo de pijamas con sordina
La adrenalina en camas separadas
Lo más ingrato es encalar la casa
Remendar las virtudes veniales
Condenar a galeras los archivos
Lo atroz de la pasión es cuando pasa
Cuando, al punto final de los finales
No le siguen dos puntos suspensivos
Lo malo del después son los despojos
Que embalsaman los pájaros del sueño
Los teléfonos que hablan con los ojos
El sístole sin diástole ni dueño

viernes, 4 de marzo de 2022

A mis treinta y dieciseis. (disculpe lo poco)

 Hace 46 vueltas al sol, donde predominaron los inviernos, los veranos u ocasionales primaveras, nací sin pompa ni majestad en el hospital San José. Pronto, aprendí a jugar con naves espaciales de madera, rayos láser invisibles super cinerama y con sonidos de super producción.

Los veranos se hicieron interminables, nuevos amigos aparecieron a dejar su impronta eterna en el corazón y, sin ningún tipo de aviso ni consideración, las niñas se volvieron interesantes, pero comenzaron los inviernos. Pronto, me inicie (como dicen un sabio) en el noble arte de la masturbacion mientras soñaba con chicas que siempre preferían a otro. La vida se encargó de regalarme inviernos por montones, años que incluso no tuvieron otra estación, mientras yo ignoraba, y el mundo a mi, todas estas cosas, pero las aprendía a navegar entre tabaco y alcohol. 

Pronto Dios careció de sentido y mi fe se la dedique a cuanta musa quisiera inspirarme, algunas solo por unas horas y jamas pague por afectos. Un dia, mientras el mundo seguía girando e ignorándome, conocí a mi primer amor. Una belleza con carácter militar y organizado (además de una dulzura de nivel olímpico) con la que me case sin planear y de forma espontánea. Y ahí la cosa cambió. 

Un dia me presentaron (en una situación de la que siempre me sentí ajeno) a uno de los hombres que amo con incondicionalidad y sin límites. Aprendí que mi verdadero nombre es Papá y que estar a su lado era lo único con sentido. Pasaron los años y finalmente, con este primer amor, decidimos bajarnos en paradas distintas, no sin antes agradecerle por todo lo que ha hecho.

Y así llegué a mi segundo amor, y a mi segundo (y aun considero inexplicable) regalo. MIsma historia, menos tiempo y quede con un bichito para siempre colgando de mi espalda. El que me asusta por su parecido y ojala haga sus propios caminos.

Como bien dice el Corán; lo que ocurre una vez, puede que no se repita nunca, pero si hay una segunda... habrá una tercera. Y así llegamos a mi inalcanzable niña de mis ojos. Algun dia.

Cuando ya me había derrotado la monogamia intermitente, la vida decidió darme cartas como para ganar el gran premio, puse todo en la mesa y perdi. Perdi a la unica, y por esto me disculpas con las demás, por la que me jugué de forma cierta, pero la vida tenía una mano ganadora y no supe cubrir mis cartas. Cuando la tormenta empezó a retroceder, en vez de dejar desolación, cinco nuevas maravillas quedaron enganchados a mi corazón. Ya solo por eso, amare a ese huracán para siempre.

Así fue como termine solo (cosa de la que estoy aprendiendo mas de lo que pensé) y dedicado a mis hobbys como forma de vida. Hoy escribo estas líneas para recordarme lo que quiero y nunca puedo lograr, agradecer por tanto amor, amigos incondicionales, amores eternos, lecciones invaluables, errores maravillosos dignos de repetir y alguna canción que interpreta mi pensar.

Pero entre nosotros, hoy aun sueño con naves espaciales de madera (sin olvidar los sonidos de super producción) y mas de alguna que prefiere a otro, me guiña un ojo para hacerme soñar. Aunque aun miro las cartas en la mesa, por si algun dia vuelvo a jugarmelo todo.




martes, 1 de febrero de 2022

Volviendo a escribir.

En un post anterior, escribí (al menos para mi) que era no era fácil escribir siendo feliz.

Comente que no hay nada que ahuyente mas a mis musas (o quiza solo las deja frígidas de inspiración) que mi corazón latiendo con fuerza y alegría, que hasta sus sístoles y diástoles forman melodías alegres que me cuido mucho de no compartir. No vaya a ser que alguien la desafine.

No me di cuenta de cómo ni cuando volví a volar y emparejarme con la luna. De pronto, un dia, mis demonios tutelares regresaron con furia y sin avisos. Y nuevamente me quede solo, al menos (me dije) puedo hacer que las horas y los minutos se los lleven las letras lanzadas.

Pero el órgano sexual que guiaba mi escritos estaba entumecido, no flexionan los dedos como debieran y esta vez, mis musas solo estaban mudas ante la situación. No sabía porque seguía forzando este deseo sin talento de sacar todo afuera, quizá porque aún no puedo creer este irreal episodio de eterno deja vu.

Había olvidado que no doy bien de marido, que solo soy medio su medio limón. Si, desde hoy me veran mas seguido, ya que nuevamente, odio estar aqui.




Nos sobran los motivos

Este adiós, no maquilla un hasta luego,

Este nunca no esconde, un ojalá

Estas cenizas, no juegan con fuego,

este ciego no mira, para atrás.

Este notario firma lo escribo,

esta letra, no la protestaré.

Ahórrate el acuse de recibo, 

estas vísperas, son las de después.

A este ruido, tan huérfano de Padre,

No voy a permitirle que taladre, un corazón, podrido de latir.

Este pez ya no muere por tu boca,

Este loco, se va con otra ola,

estos ojos, no lloran mas por ti.."