Me gusta el email.
Me gusta ese concepto de que puedes escribir lo que quieras y la otra lo leera en corto plazo y no tendras que ver sus reacciones. Me explico.
Me gusta eso de que me puedo declarar a una mujer y ni siquiera recibir de golpe las dos partes de rechazo (para los neofitos, a uno cuando lo rechazan esto ocurre en dos partes; primero cuando le ves la cara y finalmente con la estocada de palabras que van desde No, imbecil al te quiero como amigo.)
Me gusta decir lo que quiera y no ver las reacciones. Es de cobarde cierto, pero tambien influye una creciente molestia al contacto humano. Es como si me estuviese convirtiendo en una suerte de ermitaño que vive en la multitud de gente.
Si... ya no me gusta el contacto con las personas.... pero no quiero dejar el toqueteo...
