lunes, 27 de agosto de 2007

Leer

Uno de los libros mas cómicos que he leído en mi vida fue el Quijote de la Mancha.
En mas de una ocasión cuando he hecho esta afirmación, alguien me ha mirado como a loco de patio y pensado el lo débil que debe estar funcionando mi sesera.
¿Un libro gigante, en español antiguo, que nos obligaban a leer a punta de sangre en el colegio? Era, según estos entendidos, una de esas torturas que solo se libraban con ese bendito resumen que había sacado alguna editorial de turno pensando en el creciente mercado de los ignorantes.
Pero debo confesar que yo si lo disfrute.
Y solo fue porque yo sabia leer.
Mis abuelos me educaron en esa área a la antigua.
No había nada peor que un inculto y que ser débil mental era un estigma imborrable. Quizá puede sonar un poco extremo, pero debo confesar que esa filosofía (que seguí y creo) me ha dado siempre algunos de mis mayores momentos de placer no físico.
Creo que hasta el día de hoy el leer no solo es una fuente de escape, sino que también es una fuente de crecimiento, es un viaje sin ruedas por el mundo, es un romance vivido sin marcas en el alma, es una pena profunda superada en momentos, es una gama de sensaciones que solo enriquecen y hacen vivir.
Den se una vuelta por un libro, en mas de una esquina algo los sorprenderá y no odiaran estar aquí.

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