sábado, 21 de enero de 2012

Martin

(fue escrita hace tiempo, pero te la debía hijo mio)

Muchas veces pierdo lo que escribo. Recuerdo tratar de llevar un diario mientras venia tu hermano y creo que alcance a escribir un par de lineas y se perdio. Con el tiempo y muchas veces le he escrito, mencionado o maravillado pensando en sus ojos y sonrisa limpia al escribir.

Y es que tu hermano sacaba lo mejor de mi (y aun lo hace) o me alejaba de zonas de pensamientos tristes con su solo recuerdo, pero en eso llegaste tu. Aprovecho de escribir estas lineas desde el destierro donde me ha confinado mi gripe, mientras ustedes descansan y logras otro objetivo mas en tu maqueiavelico plan de expulsarme de la pieza y quedarte con mi lado de la cama.

Miro tu mirada impasible y perpleja cuando me miras, y veo su luminosidad cuando a la que miras es tu Madre.

Veo una de tus escasas sonrisas que al ser tan increibles parecieras que nos las dosificaras para no matarnos de diabetes.

Veo como te gusta estar al tanto de todo y ojala viendo todo lo que pasa mientras emites todo el tiempo tu opinion en tu lenguaje primigenio muchas veces con una seriedad que hace que me hubiese gustado no haber olvidado ese lenguaje divino.

Al igual que con tu hermano, tratare de apartarme y no interrumpir tu educacion con lecciones bizarras y solo estare ahi para recogerte (ya sea fisicamente o no) si te caes y explicarte que nos caemos para aprender a levantarnos.

Te debia estas lineas y quiero pagarte todas mis deudas contigo desde ya.

Y te digo algo que ya te dije cuando naciste pero es bueno que recuerdes. Mira la inmensidad de la noche, ve esas miles de estrellas y recuerda esto: es lo unico mas grande que tú.

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