domingo, 21 de julio de 2013

GUIA PA UN GUEN POLVO

Tras la melancólica última columna, pretendo retomar mi espacio en el diario con mi cruzada de saturar su mente de consejos inútiles y coprolalia desbocada. Por lo que el tema de esta semana, sus mujeres me lo agradecerán, es  (inserte fanfarria y letras súper cinerama) GUÍA PA UN “GÜEN POLVO”, es decir, sin pecar de agrandado, reuniré el conocimiento que he recogido (re – coger, coger, sexo, ¿cacharon?) a lo largo de mi intensa vida, escuchar conversaciones de amigas y estadísticas logradas por las encuestas relámpago de mi macetero.
Antes de empezar, y como buen farsante carente de talento, busque en google algunas columnas de opinión de expertos y profesionales del tema, las que simule leer atentamente, en un intento de nutrición intelectual para poder llevárselos en mi estilo particular.
1.- El Comienzo; ya sea porque le están haciendo cambio de luces en una fiesta, o su señora dice que esta como acalorá y que rico que estén solos (sino cachai el mensaje Juan, hazte ver) o su novia lucha por quitarle sin motivos los pantalones (que puede ser una señal de querer sexo como de obligarlo a que se los cambie, el chancho de mierda) usted no puede negar que el comienzo será una señal importantísima de cómo se llevara el evento. Recuerde que tiene un motor de auto deportivo entre sus piernas, y salvo que necesite viagra (o como sea que se llame esa pastillita azul de sabor amargo de la que me contaron) para activar los niveles inferiores, estará listo mucho antes que la dama en cuestión esté dispuesta a que le agarre siquiera una pechuga. Por lo que trate de tener calma, respire, acuérdese de la cara de su suegra o la de esa cita a ciegas que quiere olvidar y baje las revoluciones, la pega recién empieza.
2.- Forplai osea el juego previo (me gusta impresionarlos con las palabras que aprendí en la escuela de inglés Lucho Jara) acá ya la dama le dio el sí, ya le hizo esa sonrisa cómplice de aceptación o quizá le metió la mano al pantalón la muy camboyana (que nótese que lo digo con admiración) por lo que acá usted recién empieza a jugársela. Sea suave, nadie lo apura (salvo que no viva sola y este por llegar el marido o el papá) y tómese su tiempo en reconocer como si fuera la primera vez el cuerpo de su contrincante.
Sea intruso, use su boca, lengua y delicadamente sus dedos. Ya lo decía aquel sabio de montaña “mientras tenga lengua y manos, no creo en la impotencia” por lo que juéguesela, este es un polvo aparte, este es usted quedando de macho haciéndola gritar viva Chile al menos una vez. Controle al juguetón, que no se le arranque, que no entra a la cancha hasta un buen rato mas…
3.- El consolidado Cuando ya tiene a la dama en cuestión (jamás, en estas situaciones, cuestionada) con cara de gerente con bono de producción, ahí empieza la parte que le toca al nene, ya fue generoso, es su turno. Sea disimulado, a nadie le gusta que la obliguen en el proscenio de cuatro perillas, hágase el hueon y póngase de espalda esperando la iniciativa de la fémina, ella también sabe que sus tiempos son menores a los de ella, por lo que sí lo hizo bien en el punto número 2, ella también será muy generosa.
Pero como le decía anteriormente, no porque hizo la mirada del cocodrilo es automático que le hablaran por micrófono, no, debe ganárselo. Por lo que queda descartado empujar la cabeza de ella hacia abajo, miradas de ojos grandes donde la mira indicándole para donde ir o tratar de llevar sus partes íntimas hacia ella. Insisto, si la cabra es pilla, sabe solita donde se juega esta parte del partido. Ahora si usted, al igual que yo, no sabe qué hacer con sus manos, puede tocarla o buscarle piojos, póngalas tras su cabeza, cierre los ojos y disfrute. PERO NO DEMASIADO, no vaya a ser que se dispare la escopeta y haya que jugar el segundo tiempo en diferido.
4.- La cabalgata deportiva Gillette Los contrincantes están listos, ya todo está dicho (bueno, esta todo hecho) y que empiece la parte final del encuentro. Acá no es tan relajado el tema, la lucha será intensa pero trate de que las posiciones vayan variando, ya sea por tonificación muscular, o como para ir haciendo entretenida la batalla. Recurra a la biblioteca de películas porno que tiene grabadas en su cerebro y utilice ese material para condimentar la contienda, ya va ganando uno a cero (no sé por qué diablos me dio con las metáforas deportivas) por lo que si bien la idea es que no sea algo efímero, su merced dele como si no hubiese una mañana y trate de dejarlo todo en la cancha. Al final es ella, ya sea por tiritones, gritos o golpes (puede que le toque una sado) le indicara que esta lista y ya va ganando dos cero. Ahí olvídese, termine con el stress y libere su amor contenido, ya ganó y si siguió esta práctica guía, su nombre será enaltecido en conversaciones del género femenino, y será famoso como yo, en al menos 4 comunas.

5.- Cierre de la operación. El partido ya término, el pitazo no lo escucho entre los gritos, pero ya fue. Todo ha terminado y solo quedan los contrincantes sudorosos abrazados y agradecidos por un buen match. Un consejo importante es que no se salga y ya, si se quiere arrancar o debe hacer otra cosa, tómese su tiempo. A las niñas les gusta, no a todas, quedarse un ratito abrazados. Así que aunque le de lata, quédese un momento, no prenda la tele aún ni trate de levantarse a buscar algo de comer. Hágase el hueon y espere que ella vaya al baño o algo por el estilo. Así el final será perfecto y en su mente se desarrollará la premiación al mejor amante de la historia. Y por efecto colateral, le aseguro, que no odiará estar aquí.

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